Colitis microscópica
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Colitis microscópica

La colitis microscópica es un término general para dos afecciones relacionadas: la colitis linfocítica y la colitis colágena. Al igual que la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, es una enfermedad intestinal inflamatoria.

Definición

La colitis microscópica se caracteriza por la inflamación de la mucosa del intestino grueso (colitis). Mientras que la inflamación de los intestinos suele ser visible en una colonoscopia en forma de enrojecimiento u otros signos de inflamación, esto no ocurre con la colitis microscópica. En cambio, las anomalías patológicas de la colitis microscópica sólo pueden detectarse observando muestras de tejido -biopsias- al microscopio, lo que explica el término colitis "microscópica". Dado que esta enfermedad va acompañada de una inflamación crónica del intestino, se clasifica como enfermedad inflamatoria intestinal (EII) junto con la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. 

La colitis microscópica puede dividirse en dos formas diferentes: colitis colágena y colitis linfocítica. Ambas afecciones se descubrieron hace relativamente poco tiempo: la colitis colágena se describió por primera vez en 1976 y la colitis linfocítica en 1980. Aunque ambas afecciones se clasifican bajo el término general de colitis microscópica, las muestras de tejido tomadas del intestino grueso revelan diferentes presentaciones microscópicas (apariencias histológicas) para cada una. En concreto, la colitis colágena se caracteriza por el engrosamiento del tejido conectivo (la capa de colágeno) en la mucosa intestinal. En el caso de la colitis linfocítica, se observa un aumento del número de un determinado tipo de glóbulos blancos llamados linfocitos. Si no es posible clasificar el aspecto histológico en ninguna de estas dos formas, la enfermedad se denomina colitis microscópica incompleta. 

La causa exacta de la colitis microscópica sigue siendo desconocida. Se sospecha que la enfermedad puede ser provocada por una interacción de factores genéticos y ambientales. Es posible que las infecciones bacterianas o víricas, así como ciertos medicamentos, desempeñen un papel. Se sabe que el tabaquismo es un factor de riesgo para desarrollar colitis microscópica. 

En Europa, entre 5 y 17 de cada 100.000 personas desarrollan colitis microscópica cada año (incidencia), aunque esta tasa varía mucho según la región. Aunque no se dispone de cifras concretas sobre la incidencia de la colitis microscópica en España, se estima que hay unos 8.500 casos nuevos cada año. 

Es probable que las cifras reales sean incluso más elevadas, ya que la colitis microscópica suele diagnosticarse erróneamente como síndrome del intestino irritable debido a la similitud de los síntomas y al aspecto normal del intestino durante una colonoscopia, se requieren muestras de tejido para el diagnóstico de la enfermedad, pero no siempre se toman. Por lo tanto, hay que suponer que existe un número considerable de casos no declarados. 

Hay muchas más mujeres que hombres que padecen colitis microscópica. No se sabe a qué se debe este desequilibrio entre sexos. La enfermedad suele comenzar en torno a los 50-60 años. 

El síntoma más importante de la colitis microscópica es la diarrea crónica y acuosa que a menudo se acompaña de dolor abdominal superior, náuseas, flatulencia, fatiga y cierto grado de pérdida de peso. Muchos pacientes también experimentan diarrea por la noche. La sangre o el moco en las heces son raros. 

La enfermedad puede afectar gravemente la calidad de vida de los pacientes debido a los síntomas descritos aquí. 

Los pacientes con colitis microscópica con frecuencia sufren de enfermedades acompañantes aparte de su afectación intestinal. Algunos ejemplos son las afecciones reumáticas (como la artritis), psoriasis, disfunción tiroidea, intolerancia al gluten (enfermedad celíaca) y trastornos vasculares.

Diagnóstico

Los síntomas de la colitis microscópica pueden parecerse a los del síndrome del intestino irritable. Por lo tanto, es importante no apresurarse a un diagnóstico, incluso cuando no se observan anomalías importantes por colonoscopia. En cambio, un proceso de diagnóstico cuidadoso es crucial para un tratamiento efectivo. 

El proceso de recopilar el historial médico completo de un paciente incluye preguntarle al paciente sobre su historial médico anterior, así como los síntomas actuales, cuánto duran y qué tan graves son. 

El médico también le preguntará al paciente si tiene alguna alergia alimentaria conocida u otras alergias y si alguno de los familiares del paciente también podría sufrir de EII o colitis microscópica. 

En la mayoría de los casos, la recopilación de la historia clínica es seguida por un examen físico completo, durante el cual el médico palpará (tocará suavemente) el abdomen. Como prueba complementaria se  realizará un examen de ultrasonido. También se realizarán pruebas de laboratorio. 

La prueba más importante para la colitis microscópica es una colonoscopia. Sin embargo, a diferencia de otras enfermedades inflamatorias intestinales, la colitis microscópica no se puede confirmar solo mediante la colonoscopia del intestino grueso, ya que generalmente parece normal. En su lugar, se deben tomar múltiples muestras de tejido de la mucosa intestinal a intervalos específicos y luego examinarse bajo un microscopio. 

En pacientes con colitis colágena, una capa de colágeno engrosada es visible bajo el microscopio cuando el patólogo examina las muestras de tejido utilizando tintes especiales. Las fibras de colágeno son un tipo específico de estructura proteica que realiza una función de apoyo en el cuerpo. Mientras que la capa de colágeno de la mucosa intestinal tiene menos de 5 micrómetros (millonésimas de metro) de espesor en personas sanas, tiene al menos 10 micrómetros de grosor en personas con colitis colágena. 

En contraste, la característica más obvia de la colitis linfocítica bajo el microscopio es la acumulación de un cierto tipo de glóbulo blanco. El número de estas células es de cuatro a cinco veces mayor en personas con colitis linfocítica que en personas sanas. 

Perspectivas y pronóstico

La colitis microscópica generalmente tiene un curso benigno. Sin embargo, si no se trata, aproximadamente la mitad de todos los pacientes experimentarán diarrea crónica o recurrente, lo que puede afectar masivamente su calidad de vida. 

La colitis microscópica no aumenta el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal de acuerdo con el conocimiento científico actual.